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Tenemos la satisfacción
de informarles, en primicia mundial, sobre los últimos y sorprendentes
hallazgos realizados por el ingeniero aeronáutico e historiador don José
Antonio Hurtado, investigador que demostró con su tesis sobre la Ruta TyD la llegada
de navíos de la Orden del Temple a la América
precolombina.
Tal como se
hace constar en el Atlas Catalán de 1375, del cartógrafo judío mallorquín Cresques Abraham, los
Templarios que huyeron de la Inquisición para no ser apresados se
establecieron en algún lugar del continente americano denominado por
los indígenas como "Anbi", pero eso era tanto como no tener
nada. Hurtado pensó que probablemente Anbi fuese una
expresión escrita de la voz guaraní "amba'í" un árbol de la
familia Cecropia. Este lugar llamado Anbi aparece encriptado en
un "cabalístico mensaje", en realidad en la lectura en sentido
hebreo del topónimo en catalán (lengua materna de Cresques) Illa
Trapobana, tal como detalladamente veremos más
adelante.
La importancia de este
dato radica en que este árbol se halla, principalmente, en las zonas
de Uruguay, Paraguay y Argentina.
Otro dato que resulta
significativo es que las coordenadas del supuesto estrecho de Panamá eran
80º W aproximadamente y 10º N, y allí existe justamente una ciudad que se
llama Colón...
La siguiente
información, tomada del Libro del Árbol, tomo II (Celulosa
Argentina, Buenos Aires, 1975), nos la facilitó el Dr. Horacio della
Torre:
AMBAY
GUAZU (Didymopanax morototoni), clase dicotiledóneas, familia araliáceas,
sinónimos vulgares: cacheta, mandioquera, morototó. Especie
latinoamericana, se extiende desde Centro América hasta Misiones,
Corrientes y Chaco (Argentina)...
El territorio que los
indígenas denominaban Anbi podía ser, como vemos, cualquier parte
de Centro y Sur de América. Sin embargo, Hurtado ha obtenido del Atlas
Catalán de Cresques muchas otras pistas significativamente concluyentes...
Las siguientes
pruebas son una muestra de los nuevos avances en la investigación, y fueron
expuestas detalladamente en una apasionante conferencia con
proyección de diapositivas. Dichas pruebas vienen a avalar aún más un
descubrimiento de trascendencia internacional, lo cual da una idea de la
relevancia que tuvo el acto. El conferenciante fue el
propio investigador José Antonio Hurtado, teniendo lugar el evento en el
castillo de Oropesa, Toledo, el día 29 de septiembre de
2001. Esta conferencia formó parte de los actos culturales que se desarrollaron con motivo de la Investidura de Caballeros y Sargentos de la Orden Soberana y
Militar del Temple de Jerusalem.
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