Dr.
Andrés Gerardo Roche Bergua
LA
PSICOLOGÍA ESOTÉRICA
GIORDANO BRUNO (1548-1600)
“FILÓSOFO Y ALQUIMISTA”
SEGADA SU VIDA EN ESTE PLANO, POR
LA IGNORANCIA, EL FANATISMO
Y LA HIPOCRESÍA.
CREADOR DEL CONCEPTO DE INFINITO,
LUGAR AL QUE LLEGASTE A RADICAR PARA TODA LA
ETERNIDAD.
La Psicología, que ha sido entendida como estudio del
Alma, hoy en día, a diferencia de lo que nos haría pensar esta definición se ha
concretizado académicamente en el estudio de las funciones cognitivas, estableciendo
parámetros para evaluar objetivamente estas capacidades.
De nuevo, como en la Época de Freud, se ha regresado
al estudio de la conciencia dejando de lado lo que está en la parte profunda de
nosotros mismos, la Subconciencia.
Nuestra institución parte del principio
Hermético de que:
–LA MENTE, ASÍ COMO TODOS LOS
METALES Y DEMÁS ELEMENTOS, PUEDEN SER TRASMUTADOS, DE ESTADO EN ESTADO, DE
GRADO EN GRADO, DE CONDICIÓN EN CONDICIÓN, DE POLO A POLO, DE VIBRACIÓN EN
VIBRACIÓN.
–
–LA VERDADERA TRASMUTACIÓN
HERMÉTICA ES UNA PRÁCTICA, UN MÉTODO, UN ARTE MENTAL.
Y es practicando la enseñanza tradicional que se nos conduce a la evolución por los métodos antiguos de aprendizaje, los cuales se encauzan a través de la vivencia. En términos Fenomenológicos y Místicos, lo que no es vivencia no existe; o como diría Mahoma, el que repite ideas de otros es como el que pastorea un rebaño ajeno.
Las ideas se hacen de uno cuando son
vivencia, todo lo demás es Teoría. Parafraseando a un antiguo Chilam,
no lo diga, hágalo.
En este contexto puedo afirmar que el adquirir un conocimiento es una actividad, un trabajo solar al fecundar la subconciencia. De otra manera, si fuese Pasivo sería lunar al solo reflejar la luz del sol sin mayor esfuerzo creador.
La proyección es un mecanismo de defensa y ha sido un método de conocimiento, ya que como
es adentro es afuera. El hombre de la cultura Griega proyectó a los dioses
en los Astros, en otras culturas los Caracteres en el Zodiaco, y en los
instrumentos Alquímicos la evolución espiritual.
La proyección es
poner afuera lo que no conocemos de nosotros mismos para después, al reconocerlo
y reintegrarlo, hacerlo parte de nuestro propio autoconocimiento, agrandando por este
proceso nuestra conciencia e integridad.
El fuego
Alquímico, diferente del material que destruye y convierte en cenizas lo que
toca, es espiritual, es la energía transmutadora existente en toda la creación y
que se alimenta con la introspección o luz interior, generadora del
autoconocimiento y del cambio y evolución trascendente.
El Arcano X nos
muestra la Rueda de la Fortuna en la cual giran sin detenerse Tifón que Cae y
Anubis que Asciende de manera interminable. Aparece como figura inmutable la
Esfinge, símbolo de la introspección o autoconocimiento. El que se orienta hacia
fuera girará en ese caos interminable del mundo material, el que se oriente
hacia dentro encontrará los símbolos universales que lo conducirán a una
evolución trascendente.
La alquimia será
entendida como el proceso de transmutación de lo oscuro o de la ignorancia de
los símbolos existentes en nuestro inconsciente por los símbolos arquetípicos
manejados de manera consciente. Transmutar la
autonomía y caos de nuestro demonio interior por el sublime oro filosofal,
piedra de la invisibilidad e
instrumento de todas las trasformaciones, es el signo ineludible
de la personalidad, Maná que se alimenta por sí misma después de ese viaje
arquetípico hacia la individuación y la trascendencia.
En el esquema al
final se observan las diversas implicaciones para la Psicología del Arcano
señalado y como dentro de la rueda, que sería el centro que también permanece
con un movimiento mínimo (en donde se
encuentra la palabra ROTA, alegoría iniciática del TAROT o libro de THOT), encontramos sintetizados todos los arquetipos o símbolos universales que
son los constitutivos de todos los Mitos.
Y viajando
del Loco hasta el Mundo encontraremos esa trasmutación interior de retorno al
Infinito o Cero simbólico, ORIGEN de la creación.
El Caballero derrota al Dragón, símbolo de la conciencia sometiendo al inconsciente para
rescatar a la doncella que es su propia subconciencia. Tenemos que asimilar
esta alegoría y ser como Caballeros Templarios derrotando a la Ignorancia y al
Fanatismo, como santos poseedores del conocimiento, para derrotar a los
Jubelones que se anidan en la sombra de nuestra personalidad, y así
desenmascarar a los externos para que los traidores no tengan más paz ni dentro
ni fuera de nosotros.
Andrés Roche