En concreto, el modelo que hoy fabrica "Swords from Toledo" está tomado del que en su día fabricaba la centenaria y ya desparecida Real Fábrica de Espadas de Toledo, fundada en el año de 1.761 por el Rey Carlos III.
Transcribimos una información documentada facilitada por el teólogo, escritor y documentalista don Antonio Galera Gracia, que fuera cronista general de la Sociedad de estudios templarios y medievales Templespaña:
"A los templarios no les fue admitida ninguna pertenencia personal en el acto de aceptación del grado de caballeros (...) dejaban una vida de bienestar para sumirse en una vida de pobreza. La espada de estos caballeros, antes de profesar, como era costumbre por aquellos tiempos de ostentación, estaba siempre adornada de pedrería, oro y plata. Cosa ésta que estaba en contradicción con el espíritu del Temple. Por ello, aunque la espada era admitida como patrimonio de la encomienda donde el caballero era admitido, así como el caballero y cuantas donaciones monetarias o de propiedades particulares tuviera a bien entregar, le era dada una espada reglamentaria que era exactamente igual a todas las que portaban los demás caballeros.
Las espadas eran fabricadas en las encomiendas templarias por los hermanos herreros del Temple. Todas ellas seguían una estricta uniformidad, pues en su regla ya se dice que nadie debe sobresalir por encima del otro, y esto no hubiera podido ocurrir si todos los caballeros hubieran seguido conservado su propia espada, ya que, en ese caso, unas espadas hubieran sido más ricas que las otras o, como mínimo, diferentes. Como todo lo que pertenecía al temple, también en las espadas fue grabada la cruz ochavada del Temple.
Características principales (todas ellas sacadas de documentos de la época):
Embellecedor de la empuñadura. De metal, redondo, con la cruz ochavada del Temple, por atrás y por delante.
Empuñadura. De metal y forrada de cuero curtido.
Protector. De acero con el dibujo de media cruz ochavada del Temple.
Hoja. De acero, preferentemente toledano. Algo más larga que las del siglo XII y, lo más característico de ella, era que tenía la punta redondeada. Este detalle de punta redondeada se encuentra en muchísimos documentos. En medio llevaba la hoja un rebaje para que por él entrara aire al cuerpo herido y pudieran de este modo hacer más grande la herida con movimientos hacia arriba, hacia abajo, a la izquierda o a la derecha. Este rebaje no nacía desde el comienzo de la hoja, sino que nacía a unos diez centímetros de ella".
